Desde hace tiempo tengo una convicción. Los disgustos, malas noticias, preocupaciones que asumimos y no compartimos, llegando incluso a ocultar son caldo de cultivo de enfermedades.
No hay mucho más que contar, digamos que el consejo es comparte con tu “confidente” lo que te preocupa, exponlo y trata de buscar soluciones en conjunto, la visión de los problemas mejora y se amplía cuando son dos (o tres) los que los evalúan.
No siempre tenemos todas las respuestas y son los que nos quieren los que son capaces de velar por nosotros cuando nuestra mente se nubla.
No sé si servirá de algo lo que voy a escribir...me gustaría ratificar lo importante de expulsar nuestros miedos interiores a través de la comunicación. Precisamente es a veces el miedo el culpable de que no podamos o pensemos que no vamos a poder desahogarnos a través de nuestras palabras ya sea porque creemos que no nos van a entender o que vamos a parecer "raros". Nada más lejos de la realidad, todos tenemos preocupaciones en algún momento.
ResponderEliminarUna vía de escape es la escritura pero sin duda a través de la comunicación es como mejor se aprende a aceptar las situaciones y a afrontarlas, cualesquiera que éstas sean.
En mi caso, mis puntos de apoyo principales son mi pareja, mi madre y mi mejor amiga. Pero también el resto de la familia según el momento y el resto de amigos colaboran a seguir caminando por el sendero de la vida porque ésta no es sino "un continuo devenir" (esto es de Ortega).