miércoles, 16 de diciembre de 2009

El Juicio de la Historia

El juicio de la Historia


El día en que los historiadores se dediquen a estudiar la Historia de la Medicina en el siglo xx, creo que descubrirán dos momentos estelares principales. El primero es el descubrimiento de los antibióticos, que casi ha erradicado la neumonía -la primera causa de mortalidad en Occidente hasta la segunda guerra mundial. El segundo es una revolución en curso: la demostración científica de que la alimentación tiene un impacto profundo sobre casi todas las grandes enfermedades de las sociedades occidentales.

Los cardiólogos apenas empiezan a admitirlo (aunque no prescriban siempre aceite de pescado, a pesar de los estudios realizados en ese campo y las actuales recomendaciones oficiales de la American Heart Association).45
Los psiquiatras están todavía más atrás. No obstante, el cerebro es ciertamente tan sensible al contenido de la alimentación cotidiana como lo es el corazón. Cuando nos intoxicamos con alcohol o drogas ilegales, el cerebro sufre. Cuando no le alimentamos con componentes esenciales, también sufre. Resulta, por tanto, sorprendente que hayan tenido que pasar dos mil quinientos años para que la ciencia moderna caiga sobre esta constatación, algo que todas las medicinas tradicionales, sean tibetanas o chinas, ayurvédicas o grecorromanas, ya tenían presente desde sus primeros tratados. Decía Hipócrates: «Deja que tus alimentos sean tu remedio, y que tu remedio sea tu alimento ». Hace dos mil cuatrocientos años.

Pero existe otra puerta de entrada al cerebro emocional que pasa totalmente por el cuerpo. Reconocida también desde los tiempos de Hipócrates, ha sido tan descuidada en Occidente como la alimentación. Curiosamente, lo es todavía más por quienes padecen de estrés o depresión, bajo pretexto de que bien carecen de tiempo o de la energía necesaria. Se trata del ejercicio físico. Incluso, como vamos a ver, en dosis muy pequeñas.


45 Kriss-Etherton, P.M., W.S. Harris, et al. (2002), «AHA Scientific Statement: Fish consumption, fish oil, omega-3 fatty acids, and cardiovascular disease», Circulation, vol. 106, pp. 2.747-2.757.

Fuente: Curación emocional, Dr. D. Servan

1 comentario:

  1. "Deseamos ser felices aun cuando vivimos de tal modo que hacemos imposible la felicidad" (san Agustín)

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